Otra tragedia... Otra promesa que se rompe y nos demuestra nuestra propia fragilidad. Marco se ha ido... No soltó la moto...
Lo vi en directo, como tanta gente... Me convulsioné al ver como el casco se le había soltado...La cosa pintaba muy mal...De repente me había despertado, no había resquicio de sueño alguno, sólo me acordé de Rafa y la fatalidad se transformó en lágrimas.
No podía parar de pensar en ese último domingo, ese desayuno final que sólo unos pocos minutos después se transformaría en pesadilla. A nosotros nos cambió todo. El grupo se disolvió y casi nunca volvimos a salir juntos. El miedo se apoderó de nosotros. Casi todos seguimos montando, pero ya no es lo mismo. No salimos juntos y los domingos hoy son diferentes. Por este motivo, porque sé lo que se siente, por ese motivo me puedo imaginar como se sentirán Valentino y Colin después del accidente. Hay cosas que no podemos evitar, la muerte no avisa y nosotros somos títeres en sus manos...Los pilotos han de morir los domingos, es su trabajo!
74,48,58, Rafa.... qué pare la lista!
Ráfagas al cielo!