viernes, 11 de abril de 2008

Evelyn y yo part.6! BY JUANCRIS!!!

...El golpe del destino se llamaba Ibrahím. Era un dakarí de más de 4 metros cuadrados. La cifra se obtenía al multiplicar sus dimensiones: 1,95 de alto por 25 de "largo".
Todo vino aquel día de agosto en el que Jessy oyó gritar a su hermana. Estaba en la cocina, con las manos sobre la encimera y con ese pedazo de negro metido por todos los boquetes que encontraba a su paso. Evelyn disfrutaba a la vez que lloraba. Sus lágrimas brotaban como los chorros de sangre en el anime japonés, lo que se mezclaba en el suelo con todos los líquidos derramados por su escondite llorón. Jesús -el chico que limpiaba la casa- tendría también dos motivos de peso para nunca olvidar ese día: la primera es que su retina llegó a ver de refilón el trote de las nalgas de la sucia Evelyn, y la otra, que ni con un batallón formado por MrProper, Don Limpio e Isabel Preysler, consiguió quitar aquellas manchas viscosas del suelo de la cocina. Jessy no lo entendía. Quería imitar a su hermana, pero no comprendía si sus lágrimas eran de dolor o de placer o, simplemente, una mezcla de ambas. Nunca se atrevió a preguntárselo, pero, lo que quedaría de manifiesto en los anales de la historia, (nunca mejor dicho lo de los "anales") es que esa visión cambiaría su vida. Desde aquel momento, todos sus esfuerzos irían encaminados a la búsqueda de ese placer en forma de dintel de chocolate...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Continuemos con la historía.
"Jessy quería descubrir también esa mezcla de dolor y placer, como lo había sentido su hermana. Así que una acalorada tarde de primavera decidió llamar a aquel bombón de chocolate. Sin embargo, después de pasar toda la tarde esperando ansiosa su llegada, cuando él apareció ante su puerta y le ofreció probar aquel impresionante instrumento, cayó en la cuenta de que ella no era como Evelyn, y por un momento, sintió que aquel no era su lugar ni su momento..."