
Los que querían enterrar al Doctor están tristes. Qué gusto da ver al Doctor sonreir otra vez. Esta vez no tenía nada preparado, no había celebración pactada, no hubo nada. Sólo el beso a su M1, como la primera vez que ganaron juntos en Sudafrica, cuando la besó por primera vez.
El domingo, en China, fuimos testigos de un capítulo más del romance Valentino-M1 un binomio que tiene que volver a funcionar por el buien del motociclismo y de un mundial que necesita de Valentino para seguir en la brecha. Por detrás, una generación que sabe lo que es

Es la hora del Doctor!
1 comentario:
Lo malo es que Pedrosa y Lorenzo vienen pisando fuerte al astro italiano, a ver si consigue aguantar
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